Dada la importancia que se da al grupo, por encima de los logros del individuo, la modestia o la humildad parecen ser claves en el buen comportamiento japonés.
Así pues, en una muestra de atención y respeto hacia el resto, especialmente para mantener la armonía social (wa), los japoneses tradicionalmente rebajan cualquier muestra de talento o conocimiento propios. Es lo que muchos llaman la virtud de la modestia o kenkyo (謙虚), aunque en Japón no es realmente ‘falsa’ modestia sino una herramienta de cohesión social.
Es lo que Carlos Rubio(1) llama la «devaluación de uno mismo» y que ejemplifica con una anécdota de 2007 entre el por entonces primer ministro Koizumi y el presidente español Zapatero. Cuando Koizumi felicitó a Zapatero por la victoria de España en el Mundial de Baloncesto celebrado en Tokio, éste le contestó un «Gracias, gracias. Es que hemos sido los mejores«, una respuesta ‘maleducada’ en el contexto japonés, porque Zapatero debería haber devaluado la actuación del equipo español, en consideración a su homólogo japonés.
Por poner otro ejemplo práctico, si hablamos con un japonés y le decimos que su español es muy bueno, aunque lo sea y él lo sepa, siempre nos lo negará una y otra vez y rebajará sus conocimientos diciendo que le falta mucho, que todavía no sabe demasiado, etc. Es el uso de la modestia o la humildad como respuesta a un cumplido con la expresión, repetida una y otra vez, tondemonai (que podríamos traducir como ‘qué va, para nada’).
Cuando se habla de la modestia o la humildad en Japón, se suele ejemplificar con un famoso proverbio: 出る杭は打たれる (deru kui wa utareru): el clavo que sobresale recibe un martillazo. Muchos entienden este proverbio como la importancia de no sobresalir en una sociedad donde el individualismo no está bien visto. Sin embargo, este proverbio no hace referencia explícita al hecho de que en Japón no se pueda hacer muestra de la individualidad (algo que además cada vez está más presente en la sociedad), sino más bien al hecho de que si sobresalimos en algo provocaremos las envidias del resto de compañeros (que nos golpearán si pueden, vamos)(2), aunque esto me atrevo a decir que no es exclusivo de Japón, ¿verdad? Aunque esto sí es algo especialmente importante en la actualidad, con todos los cambios que está sufriendo Japón en las últimas décadas.
Japón es una sociedad que se rige por la jerarquía vertical (ya hemos hablado aquí de la importancia de la jerarquía vertical o tate shakai y de las relaciones sempai-kōhai). Por ejemplo, en el lugar de trabajo ha sido frecuente organizar a los empleados no tanto según sus logros, sino por su edad o por los años que llevan trabajando en la empresa.
Pero las cosas están cambiando y Japón está dejando atrás el sistema tradicional de promoción por antigüedad y da cada vez más importancia a los méritos propios, los estudios, las capacidades individuales, etc. El dorama Hanzawa Naoki, por ejemplo, tuvo muchísimo éxito quizás porque mostraba un personaje que debería haber callado ante las desfachateces de sus superiores, que debería haber bajado la cabeza y aceptado las consecuencias de la jerarquía vertical, pero que no lo hizo y luchó por su trabajo y su honor… quizás inspirando a muchos sarariiman a hacer lo mismo, a luchar por sí mismos, por sus intereses, a no tener miedo a mostrar sus puntos fuertes, a no aceptar sin rechistar todo lo que les dicen los superiores sólo porque son superiores. O, tal vez, les mostró aquello que a muchos les gustaría hacer pero que, simplemente, no se atreven a hacer. Por todo lo que están acostumbrados a aguantar, a agachar, a tragar.
Como apunte final, brevemente destacar que el propio lenguaje japonés nos da claves para comprender la importancia de la modestia y la humildad en la sociedad japonesa, con por ejemplo en el uso del lenguaje honorífico keigo (3), especialmente en las formas sonkeigo (utilizada para hacer referencia a las acciones de un superior) y kenjōgo (utilizada para rebajar nuestras propias acciones ante un superior). Sin embargo, el keigo es cada vez menos utilizado en el Japón moderno, lo que sin duda indica un cambio hacia una sociedad más igualitaria e individualista (4).
Referencias:
(1) Rubio, Carlos (2012). El Japón de Murakami. Las señas de identidad del autor de Tokio Blues. Un viaje hacia el país que configura su universo. Madrid: Aguilar.
(2) «出る杭は打たれるからやだ?打たれない杭になる方法とは?»en Menzine.jp
(3) Davies, Roger J. y Ikeno, Osamu (eds) (2002). The Japanese Mind. Understanding Contemporary Japanese Culture. Tokio: Tuttle Publishing.
(4) Passin, Herbert (1980). Language and Cultural Patterns. Tokio: Kinseido.