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Maiko, la aprendiz de geisha

La maiko o aprendiza de geisha en Kioto

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En el mundo de las geishas existe la figura de la aprendiza, la mujer que aún está formándose para convertirse en una verdadera artista. Esta aprendiza de geisha recibe el nombre de maiko (舞妓). Su imagen es la que muchos tienen en la cabeza cuando piensan en este mundo pero, curiosamente, pocos conocen más a fondo qué implica ser una aprendiza de geisha.

Estas mujeres suelen ser chicas jóvenes que estudian música y danza tradicional. Al mismo tiempo que estudian acuden a los banquetes en restaurantes o casas de té para bailar y para impactar con su apariencia. Con tiempo, práctica y mucha formación especializada, estas mujeres se acabarán convirtiendo en geishas.

Sin embargo, la figura de la aprendiza ya casi sólo existe en Kioto, al menos como la conocemos actualmente. En Tokio, por ejemplo, las aprendizas reciben el nombre de hangyoku (半玉), pero con una etapa de formación mucho más corta que en Kioto.

Geikos Sayoko y Satomi y maiko Katsuriki en Gion
Geikos Sayoko y Satomi y maiko Katsuriki en Gion

Qué es una maiko

Las maikos son todo un espectáculo para los ojos por su espectacular apariencia. Pero lo cierto es que no dejan de ser chicas muy jóvenes —entre 18 y 20 años—, que aún tienen mucho por aprender. Por eso, su maestría en las artes tradicionales y en las artes sociales aún no está plenamente desarrollada como en el caso de las geishas.

Por eso, de una chica joven se espera básicamente que baile y que sorprenda con sus aspecto. De hecho, de aquí viene su nombre, porque el término en japonés significa «chica que baila». Además de bailar, también se dedican a rellenar los vasos vacíos de sus invitados. Pero no entablan complicadas conversaciones con ellos ni hacen juegos como haría una geisha.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, las jóvenes que entraban en este mundo solían venir de familias pobres. Y es que la profesión de geisha era una de las pocas posibilidades de subsistencia para una chica joven que no consiguiera marido. Afortunadamente los tiempos han cambiado y hoy en día no hay ningún tipo de obligación. Cualquier joven con interés en artes tradicionales puede escoger libremente esta profesión.

Maikos de Gion en un póster promocional de los bailes Gion Odori (noviembre de 2003)
Maikos de Gion en un póster promocional de los bailes Gion Odori (noviembre de 2003)

Según las leyes japonesas la escolarización es obligatoria hasta los 16 años, por eso ya no se ven aprendizas más jóvenes de esta edad. Sin embargo, muchas jóvenes que buscan esta profesión esperan a terminar el instituto a los 18 años para empezar.

El proceso de aprendizaje suele durar entre tres y cinco años, con lo que a los 21 años una chica puede haberse convertido ya en una geisha de pleno derecho. Por supuesto, la crisis económica, la propia crisis de una profesión con un mundo tan cerrado al exterior, ha hecho que este aprendizaje cada vez sea más corto.

Una vez que una joven decide empezar su camino como geisha tiene que entrar a formar parte de una casa de geishas (llamada okiya, en japonés). Como curiosidad, cuando una chica entraba en la casa de geishas antiguamente recibía el apodo de tamago, que significa «huevo».

Es entonces cuando comienza su periodo de aprendizaje, estudiando sin descanso baile y música tradicional, aprendiendo a tocar el shamisen y las canciones típicas kouta. Pero también estudia y aprende poesía clásica, ceremonia del té y cultura en general para mejorar sus habilidades de conversación.

Durante esta etapa de aprendizaje la joven empieza a trabajar de forma parcial, acudiendo a banquetes. Pero nunca por si sola, sino en compañía de una o más geishas que lleven el peso de la velada. Una vez completada su formación y convertida ya en geisha es cuando empieza a devolver a la casa de geishas el dinero que ésta se gastó en su educación y manutención.

Aspecto visual de una maiko

Las maikos llaman muchísimo la atención por su apariencia, que es extremadamente llamativa. Pero mucha gente a menudo no sabe distinguirlas y quizás vea tan sólo geishas. A continuación te contamos cómo se viste, maquilla y peina una aprendiza de geisha, para que así puedas distinguirlas con más facilidad.

Kimono y obi

El kimono de una maiko muestra claramente la juventud de la chica y el hecho de que aún se esté formando. Así, el kimono siempre tendrá unas mangas con una gran caída, que llega más allá de las rodillas. Este tipo de mangas con una caída tan larga son típicas en los kimonos de mujeres jóvenes e inexpertas, de hecho.

Además, los kimonos son siempre de colores brillantes con diseños muy llamativos. Asimismo las combinaciones de colores y diseños son muy recargadas, sobre todo si lo comparas con las geishas que visten de una forma más elegante y suave. Precisamente por esto, cuanto más avanza una chica en su formación como maiko, menos llamativos son sus kimonos.

Otro aspecto interesante es el cuello que hay justo bajo el cuello del kimono. Una aprendiza lo lleva con estampados rojos y blancos, que es mucho más llamativo. Y a medida que va adquiriendo experiencia esta parte de su atuendo se va volviendo más blanca. Y así hasta llegar al blanco inmaculado de las geishas.

Bailes de las maikos Hisamomo and Hisasuzu en Pontocho
Bailes de las maikos Hisamomo and Hisasuzu en Pontocho

Otra prenda de interés es el kimono interior. Como estas mujeres suelen recoger con la mano los bajos del kimono, para que no arrastre, es posible verla. Algo que, por otra parte, sería impensable en una mujer que no pertenezca al mundo de las geishas. En el caso de una aprendiza este kimono interior siempre es rojo con motivos en blanco. En una geisha, por el contrario, es de color rosado.

Otra prenda básica en el aspecto visual de una aprendiza es el obi. Esta especie de fajín se usa para mantener el kimono cerrado y correctamente colocado. En el caso de una maiko se usa el llamado darari obi (だらり帯) u «obi colgante» de colores vivos y patrones muy llamativos.

Este obi mide unos seis metros de largo y se ata con un lazo especial a la altura de las axilas y que cuelga casi hasta el suelo. El nudo del obi, de hecho, casi alcanza la nuca creando una imagen de excepcional belleza.

Maiko Terukoma (Tsurui okiya en Gion Kobu) con su larguísimo darari obi
Maiko Terukoma (Tsurui okiya en Gion Kobu) con su larguísimo darari obi

Como este obi es muy grande y cuelga por toda la espalda, resulta muy pesado. Por eso la aprendiza no se lo puede poner ella sola y siempre necesita de la ayuda de un asistente. Una geisha, por el contrario, lleva un lazo mucho más común que cualquier mujer puede hacerse por sí misma.

Sin embargo, es importante que sepas que la maiko sólo lleva el darari obi cuando está vestida para ir a trabajar. Por las mañanas puedes ver aprendizas por la calle vestidas de kimono pero con un obi más tradicional y con un lazo estándar.

Maikos de día, con obi normal y lazo estándar
Maikos de día, con obi normal y lazo estándar

El calzado

Hay dos tipos básicos de calzado tradicional en Japón: las sandalias geta y las sandalias zori. Son dos estilos ligeramente diferentes de sandalias pero, en ambos casos, con un efecto muy importante en la apariencia final. Y es que como el kimono llega hasta las tobillos, deja al descubierto tanto los calcetines como el calzado.

Hoy en día los fabricantes japoneses crean estas sandalias con los mismos tipos de diseños que el kimono. Así, si se desea, se puede vestir a la manera tradicional de forma conjuntada de la cabeza a los pies. Pero si hay un grupo de mujeres que son el público objetivo de estas sandalias son las geishas, claro, porque visten kimono a diario.

Sin embargo existe un tipo de calzado específico para las aprendizas, además de estos dos tipos de sandalias. Este calzado que sólo usan las maikos se llama okobo (おこぼ) y tienen un alzado de 11 centímetros. Generalmente suelen ser bastante sencillas, aunque a veces son de madera lacada en negro. Además de ellas, las niñas que celebran la festividad del shichi-go-san, también usan okobo. En este caso, eso sí, con un alzado menor, de tan sólo unos 6 centímetros.

Además de esta suela tan gruesa y elevada, las okobo llevan un cascabel en la parte delantera. Por eso a este tipo de calzado a veces se le llama koppori o pokkuri, que son onomatopeyas del ruido del cascabel al andar. No hace falta decir que, con la altura que tiene este calzado, caminar con él es difícil. Así, la joven tiene que dar pequeños pasos, algo que también viene dado por la falta de libertad de movimientos del kimono. Sin embargo, en Japón se considera que caminar con pequeños pasitos es muy atractivo.

El color de las tiras o correas de estas sandalias puede indicar, además, el grado de experiencia de la joven. Si son de color rojo, estaremos ante una maiko más inexperta. Si son de color amarillo, estaremos ante una joven más experimentada.

Maiko Koiku y maiko Koyuki (Gion Kobu) con altísimas okobo
Maiko Koiku y maiko Koyuki (Gion Kobu) con altísimas okobo
Maiko Satonami (Miyagawacho) con okobo (se ve el detalle del cascabel)
Maiko Satonami (Miyagawacho) con okobo (se ve el detalle del cascabel)

Pero una aprendiza no siempre lleva okobo. Y es que si es muy alta o ya está a punto de convertirse en geisha, por ejemplo, suele llevar unas sandalias zori. 

Las zori son unas sandalias planas con correas en forma de V. De hecho, cualquier sandalia japonesa que sea plana puede ser unas zori.

Este tipo de sandalias pueden estar muy decoradas o no llevar decoración alguna y las usan tanto mujeres como hombres. Una particularidad, si se quiere vestir bien, es que el talón tiene que sobresalir uno o dos centímetros por la parte trasera de la sandalia. Exactamente igual que ocurre con las geta, las sandalias de madera.

Zori de una tienda de complementos para geishas y maikos en Kioto
Zori de una tienda de complementos para geishas y maikos en Kioto

Existen distintos tipos de zori, en función de la formalidad de la ocasión. Así hay zori de tatami que son informales y muy comunes para uso diario, con una superficie hecha de paja tejida. En este caso, las correas son de terciopelo rojo o negro y normalmente se usan en verano cuando se viste un yukata o kimono de algodón. Hay otro tipo de zori, de vinilo, que son las escogidas para ocasiones más formales y cuando se viste de kimono. En este caso las correas suelen ser de terciopelo o de vinilo.

Sea cual sea el calzado que lleve una aprendiza lo que siempre va a llevar son los calcetines blancos llamados tabi (足袋). Históricamente, sólo las cortesanas tayu se permitían el lujo de mostrar sus pies al descubierto (¡hasta en pleno invierno!).

Esto, posiblemente, resultaba muy excitante para sus clientes debido al gran número de capas de kimono que se vestían. En general, el uso de tabi es común cuando se usa calzado tradicional, porque resguardan del frío del invierno y del sudor del verano.

Maiko Kosen (Miyagawacho) con zori
Maiko Kosen (Miyagawacho) con zori

Estos calcetines llegan hasta el tobillo y tienen una división que separa el dedo gordo del resto. Se colocan siempre antes de vestir el kimono, en el momento en el que te pones la ropa interior. Y para mantenerlos cerrado, tienen unos cuatro o cinco cierres en la parte trasera llamados kohaze. En el pasado los calcetines con separación para el dedo gordo de color blanco sólo se usaban con kimonos formales. Hoy en día, sin embargo, los tabi blancos de algodón son los más populares para cualquier tipo de kimono, aunque hay muchos diseños.

Existen dos tipos de tabi, los hechos a medida u odori-tabi (literalmente, calcetines para bailar) y los elásticos. Los tabi a medida, también llamados tabi a secas, están hechos de algodón y tienen una suela de vinilo con cierres en la parte trasera. Este tipo de tabi se compra de forma que sea del tamaño exacto del pie de la persona que lo va a llevar, y es muy popular entre los bailarines profesionales japoneses y los actores de teatro.

La suela de vinilo protege el pie, ya que en las representaciones no se suele llevar calzado. Son muy complicados de cuidar puesto que hay que lavarlos a mano procurando que no encojan y también algo complicados de colocar, ya que los dedos deben quedar perfectos. Los tabi elásticos, sin embargo, son la última novedad en Japón en calcetines. Están hechos de nylon, y solamente vienen en dos tallas, de manera que pueden servir para cualquier persona. El tipo de tejido ligero es muy cómodo, se pueden lavar a máquina y se ponen rápidamente, por lo que hoy por hoy son el tipo de calcetines más usados cuando se calzan sandalias japonesas.

Ozashiki-kago

Además del kimono, el obi, el maquillaje y el peinado, las chicas (también las geishas) nunca saldrán hacia un banquete sin su bolso particular, la ozashiki-kago (御座敷かご).

La ozashiki-kago es una especie de cajita con base de caña y hecha de seda de forma rectangular y lazada con unas cuerdas. En ella, las mujeres guardan, entre otras cosas:

  • los papelitos abura-torigami, muy utilizados por los japoneses en general, ya que absorben el sudor y el exceso de grasa de la piel
  • un peine de madera, para poder retocarse un poco el peinado en caso de necesidad
  • un poco de maquillaje (sobre todo para los labios) para retocarse y estar perfectamente durante los diferentes banquetes a los que atenderán esa noche
  • un espejito para poder retocarse fácilmente
  • abanicos para bailar, mucho más grandes que los abanicos normales (son exclusivos para el baile)
  • toallitas bordadas para secarse y limpiarse las manos
  • tarjetas con sus nombres, hechas a mano con papel japonés y que sólo contienen el nombre de la chica, sin ningún detalle ni contacto;
  • y enseres personales como algo de dinero o el teléfono móvil

Normalmente las jóvenes aprendizas suelen llevar ozashiki-kago de colores vivos que conjuntan espectacularmente con sus llamativos obis y kimonos. Aunque a veces también se decantan por colores más suaves, especialmente en verano, como las geishas.

Las ozashiki-kago están a la venta en tiendas de productos tradicionales. Es por ello que si visitas Kioto puedes comprarte una sin ningún tipo de problema… ¡no hace falta ser geisha para tener una ozashiki-kago!

Ozashiki-kago en una tienda de Gion
Ozashiki-kago en una tienda de Gion

Los peinados

Las geishas se han erguido como las «defensoras», por decirlo de alguna manera, del kimono tradicional, una prenda cada vez más olvidada en los armarios de los jóvenes japoneses. Y de la misma forma, son las que mantienen viva la historia de los peinados tradicionales, con creaciones increíbles que ya apenas se ven fuera de bodas o reportajes fotográficos.

Los estilos de peinado tradicional que llevan las jóvenes aprendizas (y también las geishas) han variado muchísimo a lo largo de la historia. En términos generales podemos decir que, si bien en los tiempos de la corte japonesa las mujeres lucían el pelo suelto, con el tiempo empezaron a popularizarse los recogidos, en ocasiones tremendamente ostentosos y complicados.

Sin embargo, a finales del período Taisho (1912-1926), las mujeres japonesas empezaron a adoptar modas más occidentales y tanto el kimono como el peinado de estilo japonés, que tanto sufrimiento había impartido al cuero cabelludo femenino, cayeron en desuso. Por ello, los distintos peinados de estilo tradicional que lucen las aprendizas y las geishas en la actualidad, tan típicos de los dibujos y descripciones de la sociedad japonesa del pasado, no se observan ya más que dentro de los barrios de geishas o en los libros y museos de historia.

Maiko Mametomi con peinado wareshinobu
Maiko Mametomi con peinado wareshinobu

Al contrario que las geishas, que usan peluca, las aprendizas usan su pelo natural para peinarse esos elaborados peinados tradicionales. No obstante, debido a la moda actual japonesa y al declive en el número de chicas en activo en los barrios de geishas de todo Japón, el número de profesionales especializados en peinados tradicionales también ha decaído.

Y es que además los servicios de un peluquero profesional son bastante caros. Es por ello que la joven acude a la peluquería tan sólo una vez por semana, igual que lo hacían las mujeres de antaño. Para conservar el peinado, duerme sobre el omaku, también denominado makura, un soporte de madera lacada de color negro con un pequeño cojín en la parte superior, que permite que el peinado de la maiko no roce el suelo y, por tanto, que no se estropee.

En la peluquería, el peluquero empieza por peinar con un buen peine el largo pelo negro de la chica. A continuación, se le aplicará el aceite bintsuke-abura, que sobre el pelo funciona como cera y permite que el peinado dure intacto tantos días. Durante la creación del peinado, el peluquero utilizará también como soporte una mata de pelo artificial denominado ketabo en ambos lados del peinado o bolitas de papel en el interior del mismo, para conseguir volumen.

Durante sus primeros meses como aprendiz, antes si cabe de convertirse en maiko, la joven deberá dejarse el pelo largo. El objetivo será tenerlo lo suficientemente largo para lucir los tres peinados básicos de este periodo de aprendizaje: el peinado wareshinobu, el peinado ofuku y el peinado sakko, además de otros peinados propios de cada barrio, especiales para  los bailes de primavera, festivales de la ciudad, etc.

Primer peinado: el estilo Wareshinobu

Un mes antes de convertirse en maiko, la joven empieza a vestir kimono y se peina por primera vez siguiendo el estilo tradicional.

Este primer peinado que lucirá la joven es el llamado estilo wareshinobu, un peinado que lucirá también el día de su debut, cuando se convierte formalmente en maiko y durante sus primeros años en activo.

Dependerá de la rapidez en su formación, pero una chica puede llegar a lucir este peinado durante dos o tres años. Así pues, es el peinado más típico, aunque no por ello el menos complicado.

El estilo wareshinobu es fácilmente reconocible por dos cosas. Por un lado, por la banda de seda roja (llamada kanoko) que es visible tanto desde la parte delantera como desde la parte trasera del moño (llamado mage) que se alza en el centro de la cabeza. Y por otro lado, por la joya redondeada que la joven coloca en la parte superior del moño, tapando de esta manera el agujero natural del mismo.

Maiko Kanako con peinado wareshinobu en el exterior de Ichiriki
Maiko Kanako con peinado wareshinobu en el exterior de Ichiriki
Maiko Ichikazu (Gion Kobu), con peinado wareshinobu
Maiko Ichikazu (Gion Kobu), con peinado wareshinobu

El peinado wareshinonbu que la joven luce el día de su debut oficial es un poco diferente al wareshinobu típico. Para la ocasión, el peinado se adorna con muchos kanzashi o adornos especiales.

Por ejemplo, la joven luce dos adornos tintineantes en forma de abanico, un adorno de caparazón de tortuga en ambos lados, tanto en la parte frontal como en la parte trasera (que normalmente representan la estación del año), un peine (hecho de caparazón de tortuga), un adorno de aguja hecho de coral, y finalmente dos grupos de tres adornos rectangulares (miokuri), de colores rojo, plata y oro, que se colocan al final del moño.

Así pues, la base del peinado es la misma, pero los adornos son específicos de ese día.

Maiko Takachisa (okiya Kaida) en su omisedashi, con peinado wareshinobu y adornos especiales
Maiko Takachisa (okiya Kaida) en su omisedashi, con peinado wareshinobu y adornos especiales

Segundo peinado: el estilo Ofuku

El estilo ofuku tradicionalmente posee un significado de madurez y de avance en el aprendizaje de la joven. En el pasado, cuando todavía se podía celebrar el mizuage (la venta de la virginidad de la joven al mejor postor), la chica se peinaba por primera vez con el estilo ofuku tras esa ceremonia. O cuando conseguía un patrón (llamado danna), normalmente entre los 13 y 15 años.

Sin embargo, actualmente, la joven cambia de peinado entre un año y medio y tres años después de su debut. Es básicamente una marca de que ha completado una fase de su formación, nada más. A partir de ese momento y hasta unas dos semanas o un mes antes de convertirse oficialmente en geisha, la joven lucirá el estilo ofuku mostrando así su evolución y experiencia.

El estilo ofuku se parece muchísimo al estilo wareshinobu, aunque si te fijas verás claras diferencias. En primer lugar, puedes observar que en el estilo ofuku la joven no coloca la joya central en la parte superior del moño. Asimismo, en este peinado, la banda de seda roja que rodea el moño por su interior tan sólo es visible en la parte trasera (y no en la frontal, como es el caso del estilo wareshinobu) y es de color rosado.

Maiko Hisamomo con peinado wareshinobu y maiko Hisasuzu con peinado ofuku
Maiko Hisamomo con peinado wareshinobu y maiko Hisasuzu con peinado ofuku

Tercer peinado: el estilo Sakko

Cuando la chica está lista, el barrio de geishas comienza a prepararse para la ceremonia que la convertirá oficialmente en geisha. Entre dos semanas y un mes antes de la celebración de dicho evento (según el barrio el período de tiempo es uno u otro), la joven se cambiará de peinado y lucirá el elaborado peinado conocido como sakko.

El estilo sakko, uno de los más elaborados y elegantes, se reconoce fácilmente por la coleta cortada (que se llama hashi no ke, literalmente, «cabello de puente») que sobresale de entre mechones de pelo trenzados y colocados en el centro de la cabeza.

En el pasado, durante el período Edo, las mujeres de los mercaderes solían lucir el peinado sakko y eran los propios maridos los que cortaban el mechón de pelo para crear una coleta perfecta, algo que denotaba la aceptación y devoción de la mujer tanto al marido como a su familia.

Peluca de museo que muestra el estilo sakko
Peluca de museo que muestra el estilo sakko

En el caso de la aprendiza, es la propietaria de la casa de geishas la que corta el pelo del mechón, aunque en este caso es una extensión, no se corta el pelo real de la chica. Eso sí, la simbología permanece intacta: la joven acepta dedicar su vida a ser una geisha, una maestra de las artes.

Igual que sucede con el estilo wareshinobu, utilizado para la celebración de su debut, el estilo sakko también se adorna con una gran cantidad de adornos especiales.

Además de los adornos habituales (el adorno floral que determina el mes y la estación del año, el adorno de caparazón de tortuga, el adorno tintineante y el adorno de aguja), la maiko coloca en el lado izquierdo del peinado una grulla plateada o dorada.

Y para terminar de decorar el peinado, llevará también un peine y una aguja redondeada de dos extremos, ambos hechos de caparazón de tortuga, así como tres pequeños lazos rojos y tres hilos plateados atados tanto en la parte delantera como en la parte trasera del moño.

Peinados especiales

El estilo Katsuyama

Además de los tres estilos básicos de peinado, cabe destacar que las maikos más experimentadas (aquellas que ya lucen el peinado ofuku) pueden peinarse siguiendo el estilo katsuyama cada mes de julio, durante las festividades del Gion Matsuri o festival de Gion, que se celebra todos los años en Kioto.

Este estilo de peinado recibe el nombre de una famosa tayu o cortesana de alto rango del siglo XVII en Edo, actual Tokio, quien lo popularizó. El peinado, llamado en sus inicios marumage («moño redondo») fue en el período Edo el peinado más popular entre las mujeres casadas. Sin embargo, cayó en desuso a principios del período Showa (1926-1945), cuando las mujeres empezaron a lucir el estilo sokuhatsu, mucho más higiénico y moderno.

Para la ocasión, además del típico adorno floral y el adorno de aguja (hecho de jade), las chicas lucirán un adorno especial redondo rosa y plateado llamado bonten que se coloca en el centro del moño, visible por ambos lados. Además, alrededor de la base y hasta el centro del moño se colocará un lazo rojo de hecho de seda ro, con diferentes diseños dorados o plateados.

Maikos en los desfiles del Gion matsuri de Kioto (© kqlsm / Shutterstock.com)
Maikos en los desfiles del Gion matsuri de Kioto (© kqlsm / Shutterstock.com)
El estilo Yakko-shimada

El segundo peinado que las jóvenes más experimentadas pueden disfrutar a lo largo de su carrera es el Yakko-shimada, un estilo que se utiliza en tres ocasiones muy marcadas en la vida japonesa: durante el período de Año Nuevo, durante el Setsubun (el 3 de febrero) y durante el Hassaku (el 1 de agosto).

Para las celebraciones de Año Nuevo, el peinado se adornará con un adorno especial en forma de paloma sin ojos y granos de arroz secos. Además, lucirá también el típico adorno floral, el adorno tintineante, el adorno de caparazón de tortuga, el peine, un anillo de coral y jade y un adorno de aguja. La base del moño se atará con un lazo azul, rojo o rosa hecho de tela shibori.

Para las celebraciones del Setsubun, también se atará un lazo de tela shibori a la parte trasera del moño. Sin embargo, los adornos más destacables son sólo el adorno floral y a veces un molino rosa y azul también hecho de tela shibori. Por otra parte, para las celebraciones del Hassaku, las chicas acuden a las casas de té, a las escuelas y otros establecimientos relacionados con el barrio de geishas para dar las gracias. Para la ocasión, a pesar de estar en pleno verano, las chicas lucen el tradicional kimono negro de ceremonia, un adorno de caparazón de tortuga y el adorno floral del mes de agosto.

Maiko con peinado especial de Año Nuevo en Miyagawacho
Maiko con peinado especial de Año Nuevo en Miyagawacho

Los estilos propios de los barrios de geishas

Además de los peinados básicos diseñados, cabe destacar que las aprendizas del barrio de geishas de Pontochō en Kioto, tienen una extensa variedad de estilos de peinado que lucen durante el mes anterior a la adopción del estilo sakkō.

Alguno de los más conocidos es, por ejemplo, el umemodoki (también conocido como osomemage), un peinado muy parecido al wareshinobu, aunque con una corta coleta que se escapa del moño.

Otro peinado especial es el kikugasane, en el que se trenzan ciertos mechones de tela de color rosado que forman el moño. O también el osafune, muy parecido al peinado shimada de una geisha, aunque con una coleta mucho más larga y doblada; y finalmente el oshidori no hina y el oshun, que recuerdan muchísimo al típico shimada.

Maiko en el Kaomise con peinado kikugasane
Maiko en el Kaomise con peinado kikugasane
Maiko con peinado especial para los bailes de primavera
Maiko con peinado especial para los bailes de primavera

Para la persona que se inicia en el mundo de la flor y el sauce, puede parecer que todas las chicas lucen los mismos peinados y el mismo estilo de maquillaje. Sin embargo, ya vemos que existen diferencias, a veces claramente visibles, otras sutiles, entre las propias jóvenes.

Los kanzashi o adornos en el pelo

Como has visto, las jóvenes aprendizas de geisha adornan sus peinados con preciosos kanzashi. Estos kanzashi son de diferentes tipos e irán cambiando según el mes del año. Además, su forma y diseño nos indicará también en qué fase de su aprendizaje se encuentra la joven.

Te hemos hablado con muchísimo detalle de los kanzashi en Japonismo.

El maquillaje

El maquillaje tradicional de pasta blanca que lucen las geishas es quizá uno de los aspectos que más sorprenden por su contraste total con el maquillaje convencional. En el siglo XVI, las geishas empezaron a utilizar el maquillaje de pasta blanco hecho a partir de polvo de arroz, aunque en la actualidad se utiliza un cosmético tratado.

El maquillaje que se aplica una joven aprendiza y el que se aplica una geisha son sutilmente diferentes, ya que ambos grupos de mujeres tienen edades diferentes y se maquillan de manera acorde a su edad y su rango dentro del barrio de geishas, aunque la base es la misma.

Primero, la chica se aplica un aceite especial, llamado bintsuke-abura, para suavizar y tratar la piel de la cara y cuello. A continuación, mezcla la pasta blanca cosmética con agua y con un pincel la aplica por toda la cara, el cuello y toda la línea superior al pecho, dejando dos líneas sin pintar en su nuca. Seguidamente, para evitar que después de unas horas la piel brille demasiado, la joven se aplicará polvo blanco.

Finalmente se dedicará a perfilar sus cejas y sus párpados, algo que hará con toda precaución ya que el maquillaje de pasta blanco no es como una base de maquillaje normal y no puede borrarse de forma parcial: si la joven se equivocara al maquillar sus cejas o sus ojos, tendría que desmaquillarse entera y volver a empezar.

El maquillaje en la nuca de maikos y geishas

El típico maquillaje blanco en la nunca de las jóvenes aprendizas y las geishas es en forma de V o W invertidas, es decir, con dos o tres líneas de piel sin pintar.

La razón por la que la zona sin pintar esté en la nuca tiene mucho sentido. Y es que la zona de la nuca, llamada en japonés komata (小股) es para los japoneses una de las partes más sensuales del cuerpo femenino, comparable al escote, por ejemplo, en culturas occidentales.

Hay quien dice que esta obsesión por la nuca de la mujer es porque los niños japoneses tradicionalmente pasaban más tiempo en las espaldas de sus madres que mamando de sus pechos (1), aunque puede que sea simplemente porque al llevar vestimenta tradicional, una de las partes que llaman más la atención es justamente la nuca. Y es que cuando las mujeres japonesas visten kimono, suelen recogerse el pelo, dejando por tanto la nuca al descubierto.

Maikos con parte de la nuca sin pintar
Maikos con parte de la nuca sin pintar

Sabiendo esto, es fácil comprender por qué dejar sin pintar justamente esa parte del cuerpo no sólo aumenta la sensualidad de la mujer, sino que enfatiza el hecho de que debajo de ese maquillaje blanco, que casi parece una máscara, hay una mujer real. Sin duda, añade cierto toque de sensual misterio a la geisha.

Durante el periodo Edo, uno de los mayores piropos que una mujer podía recibir era komata no kereagatta hito (小股の切れ上がった人), una manera de alabar la belleza de la nunca y el nacimiento del pelo de la mujer.

En el mundo de las geishas, esta frase ha adquirido un significado más amplio. Así, además de hacer referencia a la belleza exterior de la mujer, también se refiere al hecho de que la geisha domina las artes tradicionales con una elegancia especial. Y esto es justo lo que toda joven aprendiza aspira tener: la combinación perfecta de belleza erótica y logros artísticos elevados (2).

La razón por la que se decidió dar forma de V o W a la zona de la nuca sin pintar no está clara. La explicación más popular es la que dice que la forma del maquillaje de la nuca emula la forma de los genitales femeninos, lo cual añadiría si cabe más sensualidad a la zona. No sabemos si esta explicación es cierta o no, pero desde luego, sentido tiene.

Finalmente, y aunque en muchas fotos habréis visto que el maquillaje suele tener forma de V invertida (es decir, de dos líneas), en ocasiones especiales tiene forma de W invertida (es decir, de tres líneas o sanbonashi en japonés). Por ejemplo, en la celebración de su debut como maiko (omisedashi), en la celebración de su paso oficial a geisha (erikae) y en ciertas ocasiones especiales, cuando lleva un kimono de gran formalidad.

Maiko Takachisa el día de su omisedashi, con la nuca sin pintar con tres puntas en lugar de dos
Maiko Takachisa el día de su omisedashi, con la nuca sin pintar con tres puntas en lugar de dos

Resto del maquillaje

Al igual que el kimono o los peinados, el maquillaje nos indica en qué escala de aprendizaje se encuentra la joven. Es por ello que existen pequeñas diferencias en el maquillaje de las chicas más jóvenes y las más experimentadas.

Sin embargo, y hablando en términos generales, podemos decir que todas las jóvenes aprendizas se aplican la base de maquillaje blanco por toda la cara, aunque dejando una fina línea sin pintar que discurre paralela al nacimiento del cabello (y así evitan, además, mancharse el pelo y como consecuencia destrozar el peinado). Asimismo, todas las maikos se perfilan los ojos con lápices de color negro y de rojo pasión muy subido, colores que también utilizan para la delineación de las cejas.

Como elementos diferenciadores, cabe destacar que las más jóvenes se aplican una base vistosa de polvos de rosa floral en las mejillas y alrededor de los ojos. Por otro lado, las más experimentadas son más sutiles y el color rosado es casi imperceptible.

Asimismo, otra diferencia son los labios. Tanto las más jóvenes como las más experimentadas utilizan el rojo pasión para pintarse los labios, siempre por dentro de la línea natural (consiguiendo el efecto de unos labios más pequeños). Pero mientras las más jóvenes dejan sin pintar de rojo el labio superior, que pintarán de pasta blanca, las más experimentadas sí se pintan ambos labios.

Maiko Mamesato, con el labio superior sin pintar (blanco)
Maiko Mamesato, con el labio superior sin pintar (blanco)
Maiko Fukukimi, muy senior y con los labios totalmente pintados de rojo
Maiko Fukukimi, muy senior y con los labios totalmente pintados de rojo

Pasos para convertirse en maiko

Shikomi-san

En muchas ocasiones, paseando por los barrios de geishas de Kioto, veremos a una joven japonesa que acompaña tanto a jóvenes aprendizas como a geishas. Su aspecto es el de una adolescente normal, pues viste ropa occidental, zapatillas deportivas, lo que quiera.

A veces sus andares la delatan (tienden a andar ya como si llevaran kimono) y a veces se puede ver cómo imita ciertos movimientos de manos y brazos. Esta joven es una shikomi-san, una chica que ha decidido convertirse en maiko.

Maiko Suzuha y shikomi (futura maiko Kotoha) en Hanamikoji, Gion
Maiko Suzuha y shikomi (futura maiko Kotoha) en Hanamikoji, Gion

En este primer periodo, la joven comienza a adaptarse a la vida en la casa y el barrio de geishas. En el pasado era vista casi como una sirvienta, pero actualmente es ayuda en el mantenimiento de la casa de geishas y en todo lo que las jóvenes puedan necesitar. Poco a poco, va aprendiendo todos los detalles del barrio de geishas. Va conociendo los negocios y personas relacionadas con el barrio de geishas y observa de cerca a sus futuras hermanas.

Durante este periodo, que puede llegar a durar un año (aunque en la actualidad se completa con menos tiempo), la shikomi-san se familiariza con el dialecto típico de la ciudad de Kioto y aprende las expresiones típicas y las maneras de comportarse de una maiko. Asimismo, va adquiriendo las habilidades y reglas básicas que tendrá que observar y respetar dentro del barrio y dentro de la casa de geishas.

A pesar de vestir como muchachas normales, las shikomi-san deben irse acostumbrando a vestir con kimono, que no en vano es una de las señas de identidad de toda geisha. Deben aprender a ponérselo rápida y correctamente, con todo el resto de adornos. Asimismo, también tienen que aprender a doblar correctamente los kimonos, ya que uno de sus principales cometidos consiste en doblar los kimonos de las geishas y maikos de la casa de geishas.

Maiko Katsuriki (okiya Odamoto) con shikomi (futura maiko Katsufumi)
Maiko Katsuriki (okiya Odamoto) con shikomi (futura maiko Katsufumi)

La shikomi tiene que aprenderse los nombres de todo el mundo del barrio de geishas, así como su lugar en la jerarquía social del barrio. Y dado que ella es la de un nivel más bajo, lo único que puede hacer cuando camina por las calles es inclinarse para saludar con humildad a cualquier persona que se encuentre.

La formación de una joven aprendiza tiene lugar, por supuesto, fuera de la casa de geishas. Las shikomi de hoy en día van a escuelas normales para finalizar sus estudios como cualquier chica. Pero además acceden a clases específicas de música y baile tradicional, ceremonia del té, etc.

Así pues, la joven tiene el día completo. Debe ir aprendiendo las reglas del barrio y conociendo quién es quién, debe ayudar a las aprendizas y geishas, debe acudir a clases específicas… todo mientras sigue con sus estudios. En el pasado, la vida de la shikomi era realmente difícil y aunque, naturalmente, hoy en día las cosas se han suavizado mucho, lo cierto es que sigue sin ser sencillo. Una shikomi tiene que dejar de lado la vida que normalmente llevaría como adolescente y debe irse acostumbrando a las peculiaridades que la vida de una geisha.

Shikomi Ichimiyo acompañando a la geiko Ichisuzu (Gion, Kioto)
Shikomi Ichimiyo acompañando a la geiko Ichisuzu (Gion, Kioto)

Es un periodo de mucho trabajo para la joven. En el pasado había muchas chicas que no lo superaban y no llegaban a convertirse en maikos. Para las propietarias de las casas de geishas era una prueba de que la chica no estaba preparada para trabajar de maiko.

Sin embargo, en la actualidad las normas se han relajado bastante y el tiempo de shikomi-san es mucho más limitado, para ayudar a que la transición sea más fácil. Y que más chicas se animen a ser geishas, claro está.

Minarai-san

Después de haber superado el periodo de shikomi-san, el siguiente paso es el minarai, literalmente «aprender mediante la observación». Se trata de un periodo corto, de un mes de duración, en el cual la joven vivirá un poco más desde dentro cómo es la vida en el mundo de la flor y el sauce.

La chica deja atrás los vaqueros y las zapatillas deportivas y empieza a convertirse en una auténtica maiko. Es en este momento cuando comienza a aplicarse el maquillaje en pasta blanco tan distintivo del mundo de las geishas y empieza a vestir el kimono típico de las jóvenes aprendizas, de mangas largas.

Eso sí, en vez de llevar el obi largo, colgando hasta casi el suelo, la joven lleva un estilo de obi llamado han-darari, que es la mitad de corto y cuelga por la mitad que en las maikos. Este estilo de obi sólo lo lucen las jóvenes minarai, por lo que indican el momento exacto en su periodo de formación antes de convertirse en maiko.

Maiko en periodo de minarai en Hanamikoji, Gion, con su particular obi han-darari
Maiko en periodo de minarai en Hanamikoji, Gion, con su particular obi han-darari

Durante este periodo, la joven tiene que aprender a moverse correctamente con el kimono. Aprenderá a sujetarlo por los extremos y a mantener la espalda perfectamente recta todo el tiempo para que el obi siempre esté ceñido. También aprenderá a inclinarse correctamente según entra en un banquete, así como a tratar con los invitados y entretenerlos.

Además, la joven se peinará por primera vez siguiendo el estilo wareshinobu. Con el objetivo de no arruinar el peinado, dice definitivamente adiós a las almohadas normales y empieza a utilizar el cojín de madera con un pequeño almohadón en la parte superior, donde apoyará el cuello. Durmiendo de esta manera su cabeza no toca el suelo y así su peinado se mantiene más o menos intacto.

Maquillada, peinada siguiendo el estilo wareshinobu y con un kimono que indica que se encuentra en el periodo de minarai, la aprendiza empieza a ir a las casas de té donde aprenderá, in situ, a comportarse en los banquetes. Todas las noches acudirá a la casa de té y observará a las otras aprendizas y geishas para aprender cómo se rellenan los vasos de sake, cómo se limpian los ceniceros o cómo se mantiene una conversación fluida.

En realidad, es difícil que le enseñen algo directamente. Las compañeras geishas esperan que la joven aprenda observando y copiando lo que ellas hacen, algo muy japonés, que se da en muchos ambientes profesionales, sin duda alguna.

En cualquier caso, esta es una oportunidad inmejorable para empezar a hacer contactos con gente que pueda ejercer una buena influencia en su futuro profesional.

Ceremonia San-san-kudo

El final de los periodos de aprendizaje son seguidos por una ceremonia llamada san-san-kudo, que literalmente significa «tres veces tres». Esta ceremonia también forma parte del rito sintoísta del matrimonio, curiosamente.

Y es que este ritual crea un vínculo profundo entre dos personas que no están relacionadas entre ellas, de manera que después de la ceremonia se considera que forman parte de una misma familia. Esta manera de «conectar los destinos» (por su significado en japonés) es justamente cómo se realiza el matrimonio en Japón. Y en el mundo de las geishas se usa el mismo término, en musubi, para referirse al lazo tan especial que se forma entre una maiko y su hermana mayor.

Un en es una conexión entre dos personas, creada y no natural. En el budismo, en (o karma) va más allá de un mero vínculo humano, pero cuando los japoneses mencionan en su vida cotidiana que dos personas tienen un en, normalmente quieren decir que hay algún tipo de afinidad especial entre esas dos personas. El en musubi es el siguiente paso, la creación de un lazo que no es fácil de deshacer. Si estas personas tuvieran que separarse, el lazo no puede ser deshecho, tiene que ser cortado.

Placa de nombres en okiya Hanafusa de Miyagawacho: Kikumi, Kikuyumi, Kikuryu, Kikuno, Kikutsuru y Kikumaru
Placa de nombres en okiya Hanafusa de Miyagawacho: Kikumi, Kikuyumi, Kikuryu, Kikuno, Kikutsuru y Kikumaru

La ceremonia del san-san-kudo suele tener lugar en un día que se considere propicio, que es algo que se consulta en el almanaque. Esta ceremonia simboliza el fortalecimiento de los lazos existentes entre dos personas que no son familia. Por eso, tras pasar por este ritual, la joven queda ligada a su hermana mayor u onesan.

La ceremonia es sencilla y consiste en ofrecerse sake mutuamente, bebiéndolo de tres pequeñas tazas, con tres sorbos cada vez. Es decir, tres veces tres, que es justo lo que significa san-san-kudo. En una pequeña superficie de madera hay tres vasos apilados, con el más pequeño en la parte superior. La geisha, que será la hermana mayor toma el vaso más pequeño y lo llena de sake, bebiendo en tres pequeños sorbos. Tras esto, ofrece el vaso a la maiko, que lo vuelve a llenar y bebe también en tres pequeños sorbos.

El proceso se repite con los otros dos vasos. Y una vez que se ha realizado el intercambio de sake entre la geisha y su aprendiza, la ceremonía se hace entre la propietaria de la casa de geishas y la maiko.

Es en este momento cuando la joven recibirá un nuevo nombre, que generalmente suele incluir alguno de los kanji o caracteres japoneses del nombre de su hermana mayor, de forma que así es posible identificar una «familia» de geishas y maikos.

Nueva placa con el nombre de la maiko Takachisa en la okiya Kaida para su omisedashi
Nueva placa con el nombre de la maiko Takachisa en la okiya Kaida para su omisedashi

Ceremonia Omisedashi

El día después del san-san-kudo tiene lugar otra ceremonia llamada omisedashi, en la que se celebra el debut de la joven. Para ello se distribuyen entre las casas de geishas, casas de té, restaurantes y demás establecimientos del barrio de geishas unos panfletos de papel rectangulares, llamados sashigami, con los nombres de la nueva aprendiza y de su hermana mayor.

Para la ocasión, la joven se viste con un kimono formal, decora su peinado con adornos especiales y calza unas okobo nuevas. Y pasa el día visitando diferentes casas de té y restaurantes donde se celebran banquetes para presentarse formalmente y pedirles su favor en su futuro en el barrio.

Omisedashi de la maiko Takachisa en la okiya Kaida
Omisedashi de la maiko Takachisa en la okiya Kaida

Los pósters mokuroku

El barrio de geishas celebra de una forma bastante visual la llegada de una nueva maiko. Para la ocasión, se colocan unos pósters muy vistosos llamados mokuroku en la pared de la casa de geishas, casa de té o lugar de celebración del omisedashi. Así pues, los mokuroku se cuelgan para celebrar el debut de la joven en el día de su omisedashi.

Estos pósters suelen estar llenos de símbolos que representan la felicidad y la buena fortuna, con frases como «que pases un buen día» o «que tengas mucha prosperidad». Son un regalo de la gente relacionada con la joven aprendiza, como su hermana mayor, otras geishas de la casa de geishas, etc. Desgraciadamente, hay que destacar que en la actualidad tan sólo existe un único pintor de mokuroku en todo Kioto, lo que hace peligrar esta tradición en el futuro.

Así pues, si nos fijamos en las siguientes fotos de los pósters mokuroku de la nueva maiko Satoai, veremos un dibujo dedicado al dios Ebisu, uno de los siete dioses de la buena fortuna (llamados Shichifukujim) y dios de la prosperidad y la riqueza y por lo tanto patrón del comercio y los negocios.

Mokuroku en el exterior de una okiya en Miyagawacho para el debut de la maiko Satoai
Mokuroku en el exterior de una okiya en Miyagawacho para el debut de la maiko Satoai
Mokuroku en una okiya de Pontocho para el omisedashi (debut) de la maiko Hisacho
Mokuroku en una okiya de Pontocho para el omisedashi (debut) de la maiko Hisacho

Otro ejemplo son esta serie de pósters mokuroku en la entrada de una casa de geishas en pleno barrio de Pontocho. Estos mokuroku se colocaron para celebrar el omisedashi de la nueva maiko Hisacho. En ellos, podemos ver imágenes típicas de la buena fortuna y la prosperidad, como por ejemplo, un besugo, una grulla o el dios Ebisu, de nuevo.

Toda la escalera de entrada, a un lado y al otro, estaba cubierta de mokuroku, que muestran distintos dibujos todos relacionados con la prosperidad y el éxito para la chica en su nueva vida como aprendiza de geisha.

Durante los tres días posteriores a la ceremonia del omisedashi, la chica viste un kimono negro que tendrá el blasón familiar y al tercer día, durante tres días más, cambiará de kimono y lucirá uno repleto de colores llamativos. Durante estos seis días, la chica atiende a todos los banquetes con su hermana mayor, que la presentará a sus clientes y negocios relacionados.

Después del debut, la joven puede seguir yendo a los banquetes con su hermana mayor o con otras jóvenes y geishas del barrio. Así pues, tras su omisedashi la joven se convierte en un miembro público de la comunidad de geishas, pero con la particularidad de no haber completado todavía su aprendizaje, de manera que no puede «entretener» del todo. Es por ello que su labor principal es la de bailar y «llamar la atención» con sus elaborados peinados y sus llamativos kimonos y obis.

De esta manera, la chica puede aprender las particularidades del mundo de las geishas, se hace un nombre en la comunidad y entre los clientes potenciales y se deja ver mientras aún sigue en el periodo de aprendizaje. La noche puede ser entretenida, de banquete en banquete, pero durante todo este tiempo, y para el resto de su carrera la joven no dejará de asistir a clases del arte tradicional que haya decidido escoger como su especialidad.

Y cuando la comunidad crea que la joven está lista, la chica se convertirá, finalmente, en una geisha de pleno derecho. Te hablamos de la ceremonia para convertirse en geisha y de qué significa exactamente ser una geisha en Japonismo.

Maikos en Tokio: Hangyoku

El término «maiko», para referirnos a las aprendizas de geishas, sólo se usa en Kioto, principalmente porque el número de aprendizas de geisha fuera de Kioto es muy pequeño. No obstante, en Tokio existe la figura de la hangyoku, la aprendiz, con claras diferencias con la maiko. Por ejemplo, su periodo de aprendizaje es más corto y no pasa por los periodos de shikomi y minarai. Además, suelen usar peluca casi siempre y mientras que las maikos de Kioto lucen el darari-obi, las hangyoku de Tokio visten un chidori musubi obi.

NOTAS:
(1) Morris, Desmond (2004). The Naked Woman: A Study of the Female Body. Nueva York: St. Martin’s Press.
(2) Cobb, Jodi (1997). Geisha: the Life, the Voices, the Art. Nueva York : Alfred A Knopf.

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Laura
Laura

Licenciada en Traducción e Interpretación con inglés y japonés (UAB) con estudios especializados en la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto (KUFS) y Máster en Estudios de Asia Oriental (UOC). En la actualidad es cofundadora y directora de Japonismo, medio especializado en Japón líder en español donde escribe artículos sobre Japón y copresenta los pódcasts "Japón a Fondo" y "Japonesamente" centrados en cultura japonesa y viajes a Japón. Además, ha publicado dos libros "Japonismo. Un delicioso viaje gastronómico por Japón" y "Japón en imágenes" (Anaya Touring). Laura imparte clases de literatura japonesa, turismo, gastronomía japonesa, business en Japón y arte japonés en el Curso de Especialización en Estudios Japoneses (CEEJ) y ha impartido varios cursos en distintas organizaciones como el curso "Japón y las cuatro estaciones" en Casa Asia, la masterclass sobre "Protocolo japonés" en la Universitat Ramon Llull (Blanquerna) o el curso de digitalización de competencias para el grado de Estudios de Asia Oriental de la Universidad de Málaga.