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Dorama, las series de televisión japonesa

Los dorama o series de televisión japonesas

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Los dorama japoneses (ドラマ) son las series de televisión que emiten las cadenas japonesas a diario. El nombre viene de la pronunciación al estilo japonés de la palabra inglesa drama, aunque a veces lo veremos como jdorama para distinguirlos de los doramas producidos en otros países asiáticos, que también son bastante conocidos, como por ejemplo los kdorama o dorama coreanos.

Es posible que si empezamos a ver alguno de los doramas japoneses que nuestros amigos nos recomiendan podamos pensar que su calidad está muy por encima de las series que vemos en España, pero la realidad es que no dejan de ser la versión japonesa de nuestras series de producción propia, con la salvedad de que en Japón se realizan muchas más, y que cuando como aficionados nos interesamos por ellos, solemos siempre dirigirnos a alguna lista o recomendación de los mejores. Es decir, que también vamos a encontrar muchos doramas mediocres.

Duración y emisión de los doramas japoneses

Como ya os contaba, no todos los dorama japoneses son buenos, y de hecho es muy normal que muchos sean malos (¡y muy malos algunos!) debido a la gran cantidad de ellos que hay. La ventaja es que si somos de los que no nos gusta dejar una serie a medias, el sufrimiento no es excesivo porque la duración máxima suele estar entre 9 y 12 episodios, y no suele haber segundas partes, al menos no para los dorama normales y malos.

Dorama HanaKimi
Dorama HanaKimi

Esta duración tan corta es, a priori, una ventaja, porque no hace falta crear historias que permitan que la serie se extienda durante varias temporadas, pudiendo centrarse el dorama en el diálogo, en la construcción de personajes y en sus interacciones. Digo a priori porque, incluso pese a su corta duración, a menudo la trama principal del dorama se estira innecesariamente para poder cubrir la duración típica de entre 9 y 12 episodios que hemos mencionado.

A veces, en casos excepcionales de algún dorama muy popular, se han hecho continuaciones que se podrían ver como segundas partes, pero el concepto es un poco diferente a lo que estamos acostumbrados, porque lo normal no es que esa continuación se emita en la temporada siguiente, como ocurre en el resto de Occidente, sino que se emita algún tiempo después. Como ejemplo, Hana Yori Dango es de 2005, y su continuación, Hana Yori Dango 2, aun contando con el mismo elenco de actores, se emitió dos años después, con lo que llamarlo «segunda temporada» no me parece del todo acertado.

Los dorama se programan en alguna de las cuatro temporadas televisivas del año, que coinciden con las temporadas estacionales (de enero a marzo, de abril a junio, de julio a septiembre, y de octubre a diciembre) y, debido a su duración, no abarcan más de una temporada, que como vemos, es bastante más corta que las temporadas de series en Occidente.

Y nunca veréis que un dorama se queda a mitad de temporada, como a veces ocurre con las series que nos llegan de Estados Unidos, o con las españolas, cuando no cumplen las expectativas. En el caso japonés, de todas formas, se suelen rodar solamente unos pocos episodios y si se ve que los ratings de audiencia son bajos, se le da una vuelta a la historia para los episodios restantes. Pero como os digo, siempre se emite completo, pase lo que pase.

¿Cómo hacer que el dorama tenga éxito?

La receta mágica no creo que nadie la tenga, porque entonces sería tan fácil como replicarla, pero comparando varios dorama y viendo sus puntos en común, es fácil darse cuenta de dónde consideran los ejecutivos de las cadenas que está la llave del éxito.

  • Trama. Una buena trama (aunque deberá estar acompañada de un buen guión) nos asegura, al menos, un cierto interés previo de la audiencia y unos cimientos algo más seguros sobre los que construir el dorama. Y como ocurre en Hollywood y sus innumerables remakes, la imaginación de los creativos televisivos japoneses tampoco es que sea excesiva, porque un gran número de los dorama están basados en series de anime o en manga que han tenido un gran éxito previamente en Japón, con la esperanza de que el paso a actores de carne y hueso mantenga el interés de la audiencia (y generalmente lo suelen conseguir).
  • Actores. Más que conseguir un buen elenco con actores de calidad contrastada, en Japón lo importante es incluir algún tarento, es decir, miembros de alguna agencia como Johnny’s Entertainment que además de actuar también cantan (y cuanto más conocidos sean, mejor) y presentan programas de televisión, entre muchas otras cosas. La presencia de uno de estos tarento hace subir muchos enteros al dorama, y atrae a la audiencia en manada, sobre todo a la femenina. El que sean buenos actores o no es lo de menos, y de hecho, normalmente no suelen ser muy buenos.
  • Música. Otro de los aspectos más cuidados en cualquier dorama es el aspecto musical, ya que siempre se suele editar la banda sonora al poco de empezar a emitirse la serie, para seguir haciendo caja. Mención especial merecen la canción de introducción y la de finalización, aunque no todos los dorama las incluyan ambas siempre, pero cuando lo hacen suelen correr a cargo de grupos musicales muy conocidos, y si alguno de los actores es además cantante (que es bastante frecuente, por la afición que hay a contratar tarento en los doramas, como decía en el punto anterior), alguna de las canciones suele correr a cargo de ese grupo, con lo que se utiliza la popularidad del grupo para potenciar la de la propia serie. También hay que hablar de la NHK en el apartado musical, porque produce su propia música para sus dorama ya que es la única cadena que cuenta con orquesta propia.

Eso sí, todo esto implica gastarse mucho dinero, claro, porque las agencias de tarento no son precisamente baratas, y licenciar las canciones de grupos muy conocidos tampoco, pero al final suele compensar.

Guerras de audiencias

Como en cualquier otro país, los dorama están sujetos a un constante escrutinio para saber si están cumpliendo las expectativas de audiencia o no. ¿Pero cómo se mide esta audiencia?

Según cuentan en Wikipedia, hay varias empresas de medición que determinan el tamaño de la audiencia, en base a la cantidad de contenido emitido y la cantidad de contenido recibido, ya que el tamaño del mercado varía de empresa a empresa.

Para conocer el número total de espectadores se usan encuestas, y si dividimos esta cifra entre el tamaño del mercado alcanzado por cada empresa, se obtiene una cifra que es el porcentaje de rating, que cada empresa publica de forma independiente. Una de las más importantes es Video Research Ltd., que es en la que más se suele confiar, y que publica los resultados de audiencia todos los miércoles.

Teóricamente, el dorama con un rating más elevado es el mejor de cada temporada y ya está, pero no es tan sencillo porque como las cifras dependen del número de espectadores, es decir, de la cantidad de contenido recibido, hay dorama matinales (los llamados asadora) que aunque puedan ser muy populares, nunca llegan a tener ratings demasiado elevados porque la cantidad de contenido emitido es igual que para un dorama de tarde/noche, pero la mayoría de la gente trabaja por la mañana, con lo que la audiencia total baja (la cantidad de contenido recibido es mucho menor).

También debemos hablar de la guerra de horarios, y es que a priori todos sabemos que los japoneses son muy puntuales, cosa que no era una excepción con sus series de televisión, que se solían emitir a las horas en punto o y media.

Pero las guerras de audiencias entre las cadenas, cuando los ratings se empezaron a popularizar, cambió el panorama y, aunque no llegan a los extremos de contraprogramación que vemos en otros países como España, hoy en día los dorama no suelen empezar nunca a su hora, o bien lo hacen un poquito antes o un poquito después, para adelantarse a la competencia o para hacer que cuando el capítulo se acaba, el espectador no tenga ganas de cambiar de canal porque el dorama en el que podría estar interesado habrá empezado ya y se habrá perdido los primeros minutos. Todo muy maquiavélico, como podéis comprobar.

Por cierto, que en cuanto a audiencias, los ratings se disparan los lunes de 9 a 10 de la noche. Esto es así porque cuando Fuji TV, la cadena «creadora» de la fórmula del dorama actual, empezó a emitir sus nuevas creaciones, lo hizo en esta franja horaria, los lunes de 9 a 10 de la noche, cosechando un enorme éxito y convirtiendo a esta franja horaria en el prime time japonés. Este momento de las noches de los lunes recibió, entonces, el nombre de getsuku o getsu9, que hace referencia a la palabra japonesa para lunes y para el número 9.

Tipos de doramas japoneses

Según la duración podemos distinguir dos tipos:

  • Renzoku, o dorama que continúan, es decir, que tienen más de un episodio. Casi cualquiera estará en esta categoría, como Great Teacher Onizuka, Hana Yori Dango, Hanazakari no Kimitachi e, etc.
  • Tanpatsu, que sería el equivalente a un one-shot, una historia compuesta por un único episodio, aunque a veces tenga una duración más parecida a un telefilm y pueda emitirse en dos o más partes. Cualquier especial de algún dorama famoso estaría dentro de esta categoría, así como los que se hacen especialmente con esta duración, como por ejemplo Hanaikusa.

Pero en cuanto a la temática, la gran mayoría de los dorama actuales siguen la estela de los trendy dorama, que son los que creó el productor Ohta Tōru de Fuji TV a finales de los años 80 del siglo pasado cuando redefinió el concepto de dorama, con historias sobre todo de romances, dirigidas a un público joven, y siempre contando con los idols y tarentos más populares del momento, aunque no tuvieran ni idea de actuar. Un ejemplo de dorama romántico propio de esta época y de gran éxito fue Tokyo Love Story, de 1991.

Alrededor de 1993 empezaron a verse dorama que se alejaban de la temática puramente romántica y, a veces, tontorrona del trendy dorama, y que trataban temas más oscuros, aunque pudiera haber también un trasfondo romántico, como los escritos por Nojima Shinji, algunos de los cuales también tuvieron un gran éxito en su momento, como Kou Kou Kyoushi de 1991 o Kono yo no hate, de 1994, por sólo citar un par.

En la actualidad, podemos ver dorama en todas los cadenas de televisión japonesas, aunque las que más éxito tienen son Fuji TV y TBS que son las que siguen siendo más fieles al estilo del trendy dorama. En general, y para no pisarse el terreno y no salirse de la zona cómoda en la que se mueven, muchas de ellas se especializan en temáticas, así por ejemplo si queremos ver series de época, los llamados jidaigeki, nuestra cadena es TV Asahi, pero si queremos ver series románticas, entonces Fuji TV es nuestra elección.

Además de los dorama de romances o ren’ai en japonés (恋愛), que es la temática estrella y con la que se inició la era de los trendy dorama, podemos encontrar series de temática laboral, policiaca, thrillers, misterio, de época (los jidaigeki), de ciencia ficción/fantasía con muchos efectos especiales (tokusatsu), etc., y hay que tener en cuenta que, aunque cada uno de ellos pueda tener una temática principal, la historia también se puede incluir en otras categorías. Así, un dorama como Tokujo Kabachi!! que es de temática laboral, también tiene algo de romance y de comedia.

También merece la pena hablar de los asadora (朝ドラ) o dorama matinales, que empezaron a emitirse en 1961. Esta palabra, por cierto, está registrada por la NHK que es la única cadena que emite este peculiar tipo de dorama, de lunes a sábado, de 8:00 a 8:15 de la mañana, sin anuncios, y que luego repite de 12:45 a 13:00.

Los doramas japoneses y las relaciones personales

Cuando vemos un dorama, una de las cosas que más nos van a sorprender desde nuestra mentalidad occidental es la forma de presentar las relaciones sentimentales y personales entre los protagonistas, porque no tienen nada que ver con lo que estamos acostumbados a ver en las series o películas que vemos por aquí.

De hecho, incluso en dorama de romance, es normal que los protagonistas no se toquen y no se besen hasta el último capítulo, y cuando vemos cómo son los besos, juntando los labios sin moverlos luego durante un par de segundos, casi mejor que ni lo hubieran hecho.

Imagen del dorama Kimi wa Petto, con Matsumoto Jun (de Arashi)
Imagen del dorama Kimi wa Petto, con Matsumoto Jun (de Arashi)

Desde luego hay excepciones en las que, por la temática del dorama, el contacto físico (ya sea en forma de abrazos o besos) entre los protagonistas es mayor, pero como digo, no dejan de ser excepciones, y existen también casos opuestos, en los que aunque los protagonistas al final se dan cuenta de sus sentimientos, ni siquiera entonces se nos muestra alguna escena en la que la relación sentimental se pueda comprobar fehacientemente.

Pero no es una falta de sensibilidad por parte de los guionistas, sino que al igual que las series y películas sobre temas cotidianos en otros países muestran, más o menos, la realidad de esos países, los dorama japoneses están adaptados al gusto japonés y, sobre todo, a la mentalidad japonesa, y aunque las cosas han cambiado en los últimos años, todavía cuesta mucho ver muestras de afecto en una pareja japonesa cuando están por la calle, por ejemplo. No en vano el mero hecho de poder ir cogidos de la mano, que se empieza a ver como algo normal, ya es todo un avance. No es raro, por tanto, que en sus dorama las relaciones sentimentales nos parezcan de broma.

Espero que esta introducción a los dorama japoneses o jdorama os haya gustado, porque nuestra intención a partir de ahora es ir hablando de series concretas, intentaremos que sin mucho spoiler por si no las habéis visto, y desde luego, estamos abiertos a que nos recomendéis nuevas series, que luego reseñaremos.

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Luis
Luis

Luis es ingeniero de telecomunicación y máster en Estudios de China y Japón: Mundo Contemporáneo. Ha trabajado en grandes empresas como Vodafone y Google (en Londres), y también en agencias de comunicación. Puedes encontrarle en el blog Profundidad de Campo.

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