Reseña de Hiroshima: Testimonios de los últimos supervivientes

Agustín Rivera no es un periodista al uso. Rivera, además de periodista —siempre con su coletilla «ni un día sin reporterismo»—, también es escritor y profesor de universidad. Y, sobre todo, un gran apasionado de Japón. De hecho, fue corresponsal en Japón hace ya años y de sus viajes e interés por Japón surge su Hiroshima: Testimonios de los últimos supervivientes.

Tras haber visitado hace años Hiroshima y Nagasaki, las ciudades dejaron una huella indeleble en él, que quiso plasmar en uno de sus proyectos más personales. En este libro, Rivera recoge en primera persona los testimonios de algunos de los últimos hibakusha. Los hibakusha son los supervivientes de las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial.

Lo interesante del libro es que, por un lado, podemos leer los testimonios desnudos de estos supervivientes, sin adornos innecesarios. Pero Rivera logra dotar a la prosa de un ritmo que te hace no poder dejar de leer y que engarza los diferentes relatos de forma amena. De hecho, a pesar de que el libro cuenta con 312 páginas, se lee en un abrir y cerrar de ojos, aunque los hechos que se relatan sean cruentos.

Rivera en la presentación del libro en Madrid (cedida por el autor)

Teniendo en cuenta que cada día quedan menos hibakusha y que, los que quedan son ya muy mayores y en ocasiones no recuerdan bien qué sucedió, Hiroshima: Testimonios de los últimos supervivientes se convierte en una fabulosa obra para no olvidar lo sucedido y para no mirar para otro lado, dando voz a quienes deberían tenerla: sus víctimas.

Como curiosidad, desde que vivimos en Málaga y compartimos ciudad con Agustín Rivera, nos hemos visto en varias ocasiones y resulta muy estimulante poder compartir experiencias e inquietudes con alguien que llegó por primera vez a Japón incluso antes que nosotros. Además, cuando tengas el libro en tus manos, encontrarás una mención a datos que damos de la sociedad japonesa aquí, en Japonismo.