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Un paseo por Ryogoku, el barrio del sumo de Tokio

Ryogoku, un paseo por el barrio del sumo de Tokio

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Al este de Akihabara y Asakusabashi, justo al otro lado del río Sumida, se encuentra Ryogoku (両国), el barrio del sumo de Tokio. Además del Kokugikan, el estadio de sumo de Tokio, aquí encontramos muchas heya o establos donde viven y entrenan los luchadores de sumo.

Y naturalmente, muchos restaurantes especializados en chanko nabe, la comida preferida de los luchadores o rikishi. Es por todo ello que Ryogoku es comúnmente apodado como «el barrio del sumo de Tokio».

Si quieres saber más, tenemos una guía detallada sobre el sumo, sus categorías y mucho más.

Ryogoku, el barrio del sumo
Ryogoku, el barrio del sumo

No obstante, Ryogoku es mucho más, ya que también es el lugar donde se inventó el sushi tal y como lo conocemos hoy en día (el Edomaezushi). O el lugar donde tuvo lugar la venganza de los 47 ronin, por ejemplo.

Además, en Ryogoku también puedes conocer más sobre la historia y cultura de la ciudad, sobre el artista de ukiyo-e Katsushika Hokusai o en el que recordar las víctimas de dos de las grandes tragedias sufridas por la ciudad en el siglo XX: el Gran Terremoto de Kanto (1923) y el bombardeo de Tokio (1944-1945).

Sumo en el podcast

Si te gustan los podcast, hemos hecho dos episodios sobre el sumo. Más que nada porque nos dimos cuenta, grabando el primero, ¡de que nos estaba quedando demasiado largo!

Qué ver y hacer en Ryogoku

Teniendo en cuenta lo que te hemos contado, está claro que hay mucho que ver y hacer en Ryogoku. Aunque si vas a ver una competición de sumo en el estadio Kokugikan o si quieres ver en profundidad el fabuloso Museo Edo-Tokyo, lo normal es que no tengas mucho tiempo para nada más.

Pero por si tienes tiempo y ganas, a continuación te proponemos un paseo estructurado por Ryogoku. Con este paseo descubrirás todo lo que el barrio tiene que ofrecer. El paseo comienza en la zona norte de la estación de JR para a continuación explorar la zona sur. Depende de tus planes, puedes hacerlo al revés sin ningún tipo de problema.

Además, puedes usar nuestro mapa específico de los distritos o barrios especiales de Koto y Sumida, al este de Tokio, para no perderte nada. En este mapa están recogidos todos los lugares de interés del barrio del sumo y puedes usarlo cómodamente desde tu móvil durante tu visita a Ryogoku. Te contamos cómo hacerlo en Mapas para viajar a Japón.

Mapas para viajar a Japón creados por Japonismo

Mapa turístico de los barrios de Koto y Sumida

Ryogoku y sus alrededores lo tienes incluido en nuestro mapa de los distritos o barrios especiales de Koto y Sumida.

Estación de Ryogoku

Nada más bajarte del tren en la estación de Ryogoku, verás un montón de cosas relacionadas con el sumo. El vestíbulo de la estación está decorado con grandes fotos de famosos luchadores de sumo, así como una exposición de las huellas de sus manos.

Al lado verás un espacio en el que puedes comprobar cuán alto eres en comparación con distintos yokozuna, los luchadores de sumo de mayor rango. Allí encuentras a Kagamisato (172 cm), Chiyonofuji (183 cm), Hakuho (192 cm), Akebono (203 cm)… ¡altísimos!

Fotos y huellas de luchadores de sumo en la estación de Ryogoku
Fotos y huellas de luchadores de sumo en la estación de Ryogoku

También hay alguna escultura y varias fotos y detalles más, aquí y allá. No tengas prisa por salir, ¡tu paseo por Ryogoku empieza aquí! Además, como la estación es de JR, puedes entrar y salir de ella usando el JR Pass sin problema.

Dentro del complejo de la estación puedes acercarte a Ryogoku Edo Noren. Se trata de un complejo temático de restaurantes que imita las calles de un shitamachi o barrio tradicional del periodo Edo (1603-1868).

Esculturas de sumo en la estación
Esculturas de sumo en la estación

El complejo destaca por su auténtico dohyo o ring de sumo, justo en el centro, que se usa especialmente en fines de semana y festivos para espectáculos y luchas de sumo.

Naturalmente aquí puedes comer chanko nabe, la comida típica de los luchadores de sumo, pero también Edomae-sushi, que se inventó en Ryogoku en el siglo XIX. Hay 12 restaurantes distintos, así que échales un ojo, seguro que alguno te llama la atención.

Comida con luchadores de sumo en Tokio

Aprende más sobre el mundo del sumo de la mano de dos exluchadores de sumo en esta experiencia en pleno barrio de Ryogoku. Come chanko nabe y tonkatsu en el famoso restaurante Yokozuna Tonkatsu Dosukoi Tanaka mientras ves a los luchadores luchar. Y, si te atreves, participa en el challenge: ¿serás capaz de ganar a un exluchador de sumo en el ring?

Estadio de sumo Kokugikan

Tras salir de la estación, puedes dirigirte hasta el estadio de sumo Kokugikan, centro de la cultura del sumo en Tokio, para comenzar tu paseo por Ryogoku.

Curiosamente, hasta comienzos del siglo XX no había estadio de sumo en Tokio y las competiciones se realizaban al aire libre. El actual estadio Kokugikan data de 1985 y alberga tres de las seis competiciones anuales de sumo en enero (Hatsu basho), mayo (Natsu basho) y septiembre (Aki basho).

Murales en el exterior del estadio de sumo Kokugikan
Murales en el exterior del estadio de sumo Kokugikan

En caso de que no haya competiciones de sumo puedes entrar a ver la exposición en el interior del estadio. El Museo del sumo no es más que una pequeña exposición de materiales relacionados con el sumo recopilados por Tadomasa Sakai desde 1954.

El estadio no dispone de un amplio espacio específico para el museo, razón por la cual los materiales en exposición van rotando varias veces al año para que sean lo más variados posible. La entrada es totalmente gratuita siempre que no haya competición.

Eso sí, es importante recalcar que cuando no hay competición, tan sólo se te permite la entrada al museo y no puedes ver nada más del estadio. Por ello, es mucho mejor ir si tenemos entrada para ver una de las competiciones.

De esta forma puedes disfrutar de esta exposición al entrar, antes de ir a tu asiento asignado y ver el resto del estadio. Pero si no has conseguido entrada o no hay competición durante tu visita, al menos puedes ver esta pequeña exposición.

Memorabilia en el museo del sumo, en el interior del Kokugikan
Memorabilia en el museo del sumo, en el interior del Kokugikan

Cuando no hay competiciones, la zona alrededor del estadio Kokugikan está muy tranquila, pues aparte del pequeño museo no se puede visitar nada más. Sin embargo, si vas durante una de las competiciones, verás la zona del estadio mucho más animada y decorada.

Por ejemplo, en el exterior del estadio verás unas coloridas banderolas en altos palos de bambú. Estas banderolas, pintadas a mano, se llaman nobori y suelen medir unos 5,4 metros de alto y 90 cm de ancho. En ellas puedes ver el nombre del rikishi o luchador de sumo al que apoyan y el nombre del patrocinador en la parte baja de la banderola.

En el interior del Kokugikan puedes comprar pequeñas réplicas de estas banderolas, ¡un recuerdo fantástico de tu día en una competición de sumo!

Banderolas durante la competición de Año Nuevo en el Kokugikan
Banderolas durante la competición de Año Nuevo en el Kokugikan

Museo Edo-Tokyo

Justo al lado del estadio de sumo Kokugikan verás una edificación impresionante, se trata del Museo Edo-Tokyo. Este inmenso museo (¡podrías dedicarle un día entero!) fue construido en 1993 y nos permite descubrir más sobre la historia y cultura de la ciudad, desde el periodo Edo hasta la actualidad.

Las exhibiciones de la exposición permanente muestran varios aspectos de la historia, vida y cultura de Tokio durante 400 años, a través de maquetas, reproducciones y objetos reales de las distintas épocas.

Edificio del Museo Edo-Tokyo
Edificio del Museo Edo-Tokyo

Hay, por ejemplo, una reconstrucción del puente Nihonbashi y del teatro Nakamuraza, además de muestras de casas de comienzos del siglo XX, arquitectura del periodo Meiji… ¡de todo!

Como mínimo necesitarás dos horas para visitar el museo y disfrutar de todas sus exposiciones y, aun así, te quedarás corto, en nuestra opinión.

Por cierto, justo al lado del museo, ya en el exterior, puedes ver una estatua de Tokugawa Ieyasu. Ieyasu, el primer shogun Tokugawa, fue uno de los más famosos e importantes de la historia porque consiguió unificar Japón e instaurar un gobierno que duró 265 años.

El monumento nos muestra a Ieyasu con un halcón en la mano encima de una columna soportada sobre una tortuga, símbolo de poder y longevidad en Japón.

Estatua de Tokugawa Ieyasu
Estatua de Tokugawa Ieyasu

Museo Hokusai

Si te gusta el mundo del ukiyo-e no puedes perderte el Museo Hokusai. Como su nombre indica, el museo está dedicado a la obra de Katsushika Hokusai, uno de los artistas más prominentes del arte del ukiyo-e y autor de obras tan famosas como la Gran Ola de Kanagawa, por ejemplo.

Parque Yokoamicho

A continuación puedes acercarte hasta el Parque Yokoamicho, donde se encuentra el Salón Memorial de Tokio y el museo en recuerdo del Gran Terremoto de Kanto.

En 1922, la ciudad de Tokio se preparaba para construir un parque en esta zona, tras el traslado del almacén de ropa militar que se encontraba aquí. El 1 de septiembre de 1923 tuvo lugar el terrible terremoto y muchos tokiotas fueron evacuados a este lugar, todavía en construcción.

Parte central del parque Yokoamicho
Parte central del parque Yokoamicho

En septiembre de 1930 se terminó de construir el parque y se dedicó a las múltiples víctimas del terremoto y a los esfuerzos de reconstrucción de la ciudad de Tokio. Es por ello que se construyeron aquí el Salón Memorial de Tokio y el Salón Memorial de la Reconstrucción (hoy Museo del Gran Terremoto de Kanto).

Esto transformó el parque en un «parque conmemorativo», que luego también se dedicó a las almas de los muertos en los bombardeos de Tokio (1944-1945), conmemorando y preservando la memoria de dos tragedias recientes de la ciudad de Tokio.

El Salón Memorial de Tokio se construyó en 1930 inicialmente para dar descanso a los restos de unos 58 000 fallecidos por el Gran Terremoto de Kanto.

Salón Memorial de Tokio
Salón Memorial de Tokio

Posteriormente, tras los bombardeos sobre la ciudad durante la Guerra del Pacífico, el salón albergó también los restos de algunas víctimas de los ataques aéreos sobre Tokio. Actualmente el salón da cobijo a unos 163 000 restos de fallecidos en las dos grandes tragedias de la ciudad.

En el interior del salón puedes escribir tus deseos y sueños en unas placas de madera a modo de ofrenda y, justo al lado del salón principal, en la oficina del templo, puedes conseguir tu caligrafía goshuin.

Justo al lado del salón puedes ver un monumento en recuerdo a las víctimas de nacionalidad coreana, así como un monumento para la paz en el mundo y otro en recuerdo a las almas de los niños fallecidos en ambas tragedias.

Monumento para la paz en el mundo
Monumento para la paz en el mundo

El Salón Memorial de la Reconstrucción, hoy llamado Museo del Gran Terremoto de Kanto, se construyó en 1931 como anexo al Salón en Recuerdo del Terremoto (actual Salón Memorial de Tokio). Su objetivo era el de recordar a todos los fallecidos en la tragedia y conmemorar el proyecto de reconstrucción tras el terremoto.

Aquí puedes ver todo tipo de documentos y materiales, así como muestras del daño sufrido por la ciudad tras el terremoto y posteriormente tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Además de fotos y objetos del desastre, también se expone la ayuda recibida por otros países así como los planes y objetivos de reconstrucción de la ciudad.

Museo del Gran Terremoto de Kanto
Museo del Gran Terremoto de Kanto

Al lado del museo, ya en el exterior, se encuentra la Galería Yokoami. El Gran Terremoto de Kanto del 1 de septiembre de 1923 causó muchos destrozos, especialmente en los shitamachi, los barrios más tradicionales y residenciales. De hecho, el cercano río Sumida fue el lugar en el que acabaron muchos de los cuerpos de los fallecidos y Tokio se vio cubierta de desolación.

Esta galería al aire libre expone fragmentos que nos permiten imaginarnos la destrucción que tuvo lugar en la capital y así mostrar las consecuencias de la tragedia.

Galería Yokoami, en el exterior del museo
Galería Yokoami, en el exterior del museo
Jardín japonés del parque
Jardín japonés del parque

Entre el museo y el salón puedes ver también un pequeño jardín japonés. Tiene un riachuelo que se convierte en un pequeño estanque, árboles de arce que se tornan rojos en otoño, lámparas tradicionales de piedra… un lugar muy bonito por el que dar un breve y relajado paseo.

Antiguo jardín Yasuda

Muy cerca del Salón memorial de Tokio se encuentra el antiguo jardín Yasuda, cuya entrada es totalmente gratuita. Se trata de unos jardines paisajísticos representativos del estilo del periodo Meiji. Destaca por su estanque central, con forma del kanji de corazón (kokoro, 心) y usa un sistema llamado shiori a través del cual el estanque recibe agua del río Sumida, por lo que el agua del estanque sube y baja con las mareas del río.

Después de la Restauración Meiji el jardín fue propiedad del señor Ikeda Akimasa del clan Bizen-Okayama. Y, posteriormente, en 1891 pasó a ser propiedad de Yasuda Zenjiro, fundador de la compañía Yasuda Financial Group. Tras la muerte de Zenjiro, tal y como se especificaba en su testamento, el jardín y la residencia fueron donados a la ciudad de Tokio en 1922.

Antiguo jardín Yasuda con el estadio Kokugikan al fondo
Antiguo jardín Yasuda con el estadio Kokugikan al fondo

Sin embargo, el 1 de septiembre de 1923 los terrenos fueron destruidos casi por completo por el Gran Terremoto de Kanto. La ciudad comenzó la reconstrucción del jardín, usando como base las formaciones de piedra del sistema ishigumi, que afortunadamente no acabó destrozado tras el terremoto. De ahí que se renombraran los jardines en honor a su donante.

Más adelante, en 1927, los jardines se abrieron al público y ya en 1967 se transfirieron al gobierno del distrito de Sumida. Tras este cambio de jurisdicción, en 1971, los jardines se reconstruyeron por completo imitando su forma original. En 1996 este jardín fue declarado Lugar Metropolitano de Belleza Escénica.

Por cierto, si te apetece tomar algo, puedes entrar en Ryogoku Terrace, una cafetería con terraza muy popular, también en invierno. Y es que suelen tener mesitas bajas con kotatsu, los braseros tradicionales japoneses, con lo que es una gozada sentarse allí a tomar algo.

Antiguo jardín Yasuda
Antiguo jardín Yasuda

Museo de la katana

Desde 2018 en un extremo del parque se encuentra el Museo de la katana, un museo que como su nombre indica está dedicado a la espada japonesa. Aquí puedes ver distintas katanas en exposición, desde artículos antiguos e históricos a creaciones más recientes.

Los objetos en exposición van cambiando varias veces al año, así que siempre encontrarás algo nuevo por ver.

Museo de la katana
Museo de la katana

Estatuas de la calle Kokugikan-dori

Desde los jardines, pues volver hacia la zona del estadio Kokugikan y tomar la avenida Kokugikan-dori para ver las múltiples estatuas de luchadores de luchadores de sumo que hay a lo largo de la calle. Se trata de los grandes yokozuna, los luchadores de mayor rango del sumo.

En las bases de las estatuas puedes ver también una huella de sus manos. Así puedes comparar las tuyas con las de auténticos yokozuna. ¿Quién gana?

Estatuas de luchadores de sumo históricos en la calle Kokugikan-dori
Estatuas de luchadores de sumo históricos en la calle Kokugikan-dori

Casi al final de la calle, antes de llegar al templo Ekoin, pasarás por delante de la pastelería Ryogoku Kokugido. Se trata de una pastelería tradicional, conocida especialmente por su anmitsu con helado y por sus galletitas de arroz anko arare.

Si tienes tiempo y te apetece, quédate a probar el anmitsu y si no, cómprate unas arare de recuerdo… ¡merece la pena!

Templo Ekoin, el lugar del nacimiento del sumo

Al final de la calle llegarás al templo Ekoin, apodado el «lugar de nacimiento del sumo». Y es que aquí se celebraban las competiciones de sumo antes de la construcción del primer estadio de sumo en 1909.

Además de su relación con el sumo, el templo está dedicado a las decenas de miles de víctimas del gran incendio que azotó Edo hace 200 años. Destaca también por su cementerio de mascotas y por sus múltiples esculturas, monumentos y estupas.

Hay mucho que ver en el templo y apenas hay información específica en español (¡o inglés!), así que si quieres conocer todos los detalles del templo, echa un vistazo a nuestro artículo sobre el templo Ekoin.

Salones en la entrada del templo Ekoin
Salones en la entrada del templo Ekoin

Localización original de Yohei Sushi

Muy cerca del templo Ekoin puedes acercarte hasta el lugar donde se encontraba originalmente Yohei Sushi. Hoy no hay más que una señal informativa, exclusivamente en japonés, pero es un lugar de gran importancia gastronómica e histórica. Y es que aquí es donde nació el sushi como lo conocemos hoy en día.

Conoce más sobre el sushi en nuestro podcast

En nuestro podcast Japón a fondo tenemos un episodio dedicado al sushi, explicando cómo algo tan sencillo —en apariencia— eleva el arroz a un bocado gourmet.

En el siglo XIX Yohei Hanaya (1799-1858) dio forma al predecesor del sushi que conocemos y saboreamos actualmente. Durante el periodo Edo no había manera de mantener el pescado refrigerado, de manera que el pescado se solía empaquetar junto con el arroz avinagrado para que fermentara, una preparación conocida como hakozushi («sushi en cajas»).

Sin embargo, en su pequeño puesto de sushi, Yohei decidió dar forma al arroz y hacer una especie de nigiri, de tamaño bastante más grande que el actual. Entonces era comida rápida para la gente que trabajaba en la zona. Yohei decidió marinar el pescado en salsa de soja o vinagre de arroz y le añadió algo de wasabi para mantenerlo lo más fresco posible y no tener que fermentarlo. Posteriormente, con la invención de los sistemas de refrigeración, el pescado pasó a servirse totalmente crudo, sin necesidad de marinarlo.

Dado que el pescado se pescaba en el puerto de Tokio, llamado en la época Edomae, este tipo de elaboración de sushi sin fermentar que se podía comer con las manos pasó a llamarse Edomae-sushi. Y así nació el sushi que conocemos hoy. Desgraciadamente, el restaurante cerró en 1930 y hoy no queda nada de este importante lugar.

Lugar donde se inventó el sushi moderno
Lugar donde se inventó el sushi moderno

Alrededores de la antigua residencia Kira

A pocos metros del templo Ekoin puedes andar por calles residenciales del barrio de Ryogoku hasta llegar a las ruinas de la antigua residencia Kira. De camino puedes detenerte unos minutos en una pequeña galería con fotografías de sumo. Se trata de un pequeñísimo museo fotográfico que, por desgracia, estaba cerrado la última vez que estuvimos en Ryogoku.

De la antigua residencia Kira apenas queda nada, pero es interesante acercarse a sus ruinas para conocer un poco más su historia. Y es que aquí se encontraba la antigua residencia de Kira Yoshihisa, el «malo» en la historia de los 47 ronin. Es, por tanto, un lugar de gran significado histórico puesto que fue aquí donde los 47 ronin se vengaron de Kira y honraron a su señor.

Exterior de la antigua residencia Kira
Exterior de la antigua residencia Kira

Si quieres saber más sobre esa historia y el templo Sengakuji, donde están enterrados esos ronin, en el artículo enlazado tienes todos los detalles. Pero básicamente, la conocida como vendetta o revancha Aka-roshi se produjo cuando Asano Takuminokami, señor de Ako, se realizó el suicidio ritual o seppuku tras haber agredido a Kira Yoshihisa, un alto funcionario del gobierno. Eso llevó a su grupo de samuráis a convertirse en ronin, samuráis sin señor.

El grupo de los 47 ronin del clan Asano atacó la residencia de Kira Yoshihisa en venganza por la muerte de su señor, llevándole hasta su muerte. Cuenta la leyenda que, después de lavar la cabeza de Kira en un pozo de su residencia, la llevaron hasta el templo Sengaku-ji, donde estaba enterrado su señor. Posteriormente, se entregaron y fueron declarados culpables y condenados a cometer seppuku, el suicidio ritual.

Si bien hoy en día apenas queda nada del lugar original (la residencia original ocupaba un espacio mucho mayor) es interesante acercarse para ver, por ejemplo el pequeño santuario Matsuzaka Inari, en el que se encuentra consagrado Kira.

Pequeño santuario en las ruinas de la antigua residencia Kira
Pequeño santuario en las ruinas de la antigua residencia Kira

En el pequeño complejo, también verás una estatua de Kira y un pozo en el que, como decíamos, se cuenta que fue donde se lavó la cabeza de Kira una vez decapitado.

Al salir de la antigua residencia verás justo enfrente otro pequeño santuario, el santuario Iizumi Inari. Poco se sabe del origen del santuario pero se cree que formaba parte del enorme complejo de la residencia Kira, pero no se sabe a ciencia cierta. Hoy permanece aquí, aunque sólo se puede ver desde fuera.

Al lado del pequeño santuario verás una placa en japonés que indica el lugar donde se encontraba la antigua residencia de Nakajima Ise, padre adoptivo del artista de Katsushika Hokusai. De hecho, durante muchos años, Hokusai solía decir que su apellido era Nakajima. Y este punto es el origen de todo esto. Quizás no haya nada que ver, pero siempre es interesante pasear por las calles que vieron crecer a personajes tan importantes de la historia y el arte japonés, ¿no te parece?

Santuario Iizumi Inari
Santuario Iizumi Inari

Al lado del santuario y del lugar de la antigua residencia de Nakajima Ise podemos voy hoy en día la pastelería tradicional Okawaya. Fundada en 1869, la pastelería ofrece varios productos relacionados con el señor Kira, como las galletas de arroz Kira Senbei, por ejemplo. ¡Es un delicioso y divertido recuerdo de la zona!

En este punto puedes volver de nuevo en dirección a la estación de tren y terminar de disfrutar de Ryogoku o puedes seguir caminando por el río Sumida hasta la zona de Kiyosumi. Y desde allí, puedes tomar el metro (si ya estás cansado) o seguir andando hacia la zona de Monzen-Nakacho o la zona de Ningyocho.

Comer chanko nabe en Ryogoku

El estofado chanko nabe es la comida típica de los luchadores de sumo. Es por ello que hay muchos restaurantes especializados en chanko nabe en Ryogoku. Uno de los más famosos es Hana no Mai, especialmente porque es muy grande y siempre suele haber sitio.

Además, el restaurante tiene muchos artículos relacionados con el sumo y hasta una réplica de un auténtico dohyo de sumo donde puedes subir y hacerte fotos. Sí, es una turistada en toda regla, pero a veces nos pueden gustar estas cosas.

La calidad del chanko nabe quizás no es la mejor, pero el precio es ajustado y el ambiente es divertido, así que puede ser una buena manera de probar este plato.

Chanko Nabe en Hana no Mai
Chanko Nabe en Hana no Mai

Por las mismas razones, también puedes comerlo en el complejo Ryogoku Edo Noren de la estación. Alternativamente, tienes otros restaurantes como Chanko Tomoegata, por ejemplo, aunque también son muy turísticos.

Si no te apetece comer chanko nabe, tienes muchas más opciones marcadas en nuestro mapa. Por ejemplo, puedes comer fideos soba en Hosokawa o monjayaki en Honjo Kaeru Honpo. O disfrutar de las gyozas en Gyoza Kaikan Bandaisan o en el local en Ryogoku de Kameido Gyoza, las que probablemente son unas de las mejores gyozas de Tokio (el local original está en la cercana Kameido).

También hay un restaurante especializado en carne de jabalí (Momonjiya) o una antigua heya de sumo, con su dojo y todo, reconvertida en restaurante (Kappou Yoshiba), además de la hamburguesería Yokozuna Burger, ¿te conviertes en luchador de sumo después de tomarte una hamburguesa allí?

Chanko Tomoegata
Chanko Tomoegata
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Ver un entrenamiento de sumo en Ryogoku

Puedes empezar tu visita a Ryogoku viendo un entrenamiento de sumo en una de las múltiples heya que hay en el barrio. Recuerda, eso sí, que para no interrumpir el proceso habitual del entrenamiento, tienes que seguir una serie de normas básicas de cortesía y buena educación.

Y es que normalmente la zona de la heya donde entrenan los luchadores de sumo no es tan grande. Puede haber varios al mismo tiempo y tú estarás compartiendo espacio con todos ellos, de manera que tu presencia podría interferir en su entrenamiento. Para evitarlo, sigue las normas y recomendaciones que te damos desde Japonismo y así no tendrás ningún tipo de problema.

La gran mayoría de heya no abren al público general, así que o tienes un buen contacto o mejor contratar una excursión específica.

Entrenamiento de sumo en una heya (Foto: Martina Lunau)
Entrenamiento de sumo en una heya (Foto: Martina Lunau)

Cómo llegar a Ryogoku

Llegar a Ryogoku es muy fácil, ya que dispones de dos opciones. La opción más frecuente es llegar en un tren de la línea Sobu de JR. Lo bueno de esta línea es que, al ser de JR, está incluida en el JR Pass, por lo que si tienes este pase, no tendrás que pagar extra.

Además, la propia estación tiene muchos detalles relacionados con el mundo del sumo que te resultarán curiosos de ver.

Estación de JR, con el Kokugikan y el Museo Edo-Tokyo enfrente
Estación de JR, con el Kokugikan y el Museo Edo-Tokyo enfrente

La otra opción es usar el metro de Tokio para llegar. Tendrás que ir en la línea de metro Toei Oedo hasta la zona pero, como no es JR, no te servirá el Japan Rail Pass. Lo bueno, claro, es que el metro conecta prácticamente toda la capital, así que puede que sea una mejor combinación desde donde estés.

En el caso de que te decidas por el metro, no te olvides de hacerte con un pase de metro para poder hacer viajes ilimitados durante 24, 48 o 72 horas.

Pase de metro de Tokio (24, 48 o 72 horas)

Viaja de forma ilimitada en el metro de Tokio (todas las líneas de Tokyo Metro y Toei) durante 24, 48 o 72 horas. El pase lo ofrece un proveedor de confianza y nos ayuda a mantener Japonismo vivo. Si estás más de 72 horas, puedes comprar más de uno.

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Alternativamente, otra opción es llegar en barco con el servicio de taxis fluviales Tokyo Water Taxi. Este servicio de taxis tiene varios muelles por el río Sumida y la bahía de Tokio y ofrece distintos servicios (servicio de taxi, de barco turístico, servicios lanzadera…) por lo que depende de dónde nos alojemos o dónde queramos ir después de Ryogoku puede ser una opción diferente y divertida.

¡Disfruta de Ryogoku!

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Laura
Laura

Licenciada en Traducción e Interpretación con inglés y japonés (UAB) con estudios especializados en la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto (KUFS) y Máster en Estudios de Asia Oriental (UOC). En la actualidad es cofundadora y directora de Japonismo, medio especializado en Japón líder en español donde escribe artículos sobre Japón y copresenta los pódcasts "Japón a Fondo" y "Japonesamente" centrados en cultura japonesa y viajes a Japón. Además, ha publicado dos libros "Japonismo. Un delicioso viaje gastronómico por Japón" y "Japón en imágenes" (Anaya Touring). Laura imparte clases de literatura japonesa, turismo, gastronomía japonesa, business en Japón y arte japonés en el Curso de Especialización en Estudios Japoneses (CEEJ) y ha impartido varios cursos en distintas organizaciones como el curso "Japón y las cuatro estaciones" en Casa Asia, la masterclass sobre "Protocolo japonés" en la Universitat Ramon Llull (Blanquerna) o el curso de digitalización de competencias para el grado de Estudios de Asia Oriental de la Universidad de Málaga.